miércoles, 13 de febrero de 2013

Neuromarketing y la felicidad

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La felicidad: Algo que ansiamos desde que el hombre es hombre. Felicidad: Algo que el diccionario sabe definir, pero no tanto los neurocientíficos.

Independientemente de que sepamos definirlo a nivel neurológico o no, lo que sí que está claro es que la felicidad es algo ansiado. Todo el mundo quiere ser feliz. También es algo escaso. Todo el mundo quiere, pero pocos llegan a serlo. Es más, hasta se cuestiona que quien se declara feliz realmente lo sea. Pues hay quien sostiene que la felicidad plena no existe, lo que dota a la felicidad de un halo de misterio.

En estos tiempos en los que vivimos en los que el contenido de cada informativo parece alejarnos un poco más de lo que creemos es ser feliz, la felicidad es algo aún más deseado si cabe.

Las marcas lo saben y algunas, como Coca-Cola, muy acertadamente se han convertido en auténticas embajadoras de la felicidad. Así mientras alinea sus valores con los de tan preciado estado, de paso consigue reforzar dos valores que comparte: misteriosa y agradable.

Y es que para que tu marca, tu producto, tu empresa se convierta en deseada no es necesario que se asocie con ser feliz. Entre otras cosas porque te resultará difícil desbancar de ese puesto a la popular marca de refrescos.

No hay cosa que a nuestro cerebro le guste más que algo que todo el mundo considera es agradable (aunque tú creas que no). Bueno sí, sí que lo hay: algo escaso. Porque si lo tienes te hace sentir exclusivo. Si hay muchas plazas libres al consultar la disponibilidad de un vuelo no pasa nada. Si de pronto quedan pocas, entonces un asiento se convierte en algo valorado. ¿Por qué el oro vale lo que vale?

Sin embargo, me veo obligado a corregir mi última afirmación sobre "los gustos" de nuestro cerebro. Si que hay algo que a este le atraiga más que algo agradable o algo escaso o exclusivo: un misterio. Es superior a nosotros, somos descubridores innatos. Nos encanta el misterio. Pero los misterios sin resolver. Cuando los resolvemos pierden todo su interés. Si mañana descubriésemos qué pasa en el Triángulo de las Bermudas, desaparecerían menos barcos y menos personas, pues la mayoría son mitos que nos gusta generar para darle más misterio al asunto.

Se dan pues, en la felicidad, todos los factores para que algo sea muy preciado: Es ansiada y escasa, lo que la convierte en exclusiva. Pero también agradable y misteriosa (algunos dicen que es inalcanzable o que no existe). Cualquier cosa que consiga reunir esos factores, llámese felicidad o llámese marca, se convierte en cosa altamente valorada.

Quizás ahora, después de estos factores entendamos por qué Coca-Cola sigue teniendo tanto éxito. Han pasado más de cien años y sigue funcionando. ¿Cómo es esto posible? Si los tiempos han cambiado, el contexto ha cambiado, el conocimiento ha cambiado, y siguen en lo más alto.

Han cambiado muchas cosas, pero nunca ha abandonado la exclusividad (ninguna sabe igual), lo que la hace ansiada. Todo el mundo piensa que es agradable beberla, así que nos sentimos valorados cuando nos ven con la marca roja en la mano, aunque nos guste más la Pepsi. Y lo que ya la hace estar en el Top 1 es que es misteriosa. Pues nadie excepto dos personas conocen cómo está hecha... O eso nos hacen creer.

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