miércoles, 14 de marzo de 2018

Neuromarketing y la memorabilidad de la publicidad


Lograr que el cliente recuerde el producto por una campaña es una tarea que el mundo de la publicidad tiene cada vez más difícil. Hace tiempo que las agencias montan campañas omnicanal y cada vez menos las marcas se publicitan solo con un anuncio en televisión, los spots en medios de masas suelen ser solo una pata más de toda la mesa que es la gran campaña. Aún así, seguramente por la saturación que supone este medio, la memorabilidad de los anuncios es cada vez menor. Lo que implica, además, que la publicidad en televisión se tenga que usar con un objetivo diferente a los que tenía no hace más de diez años.

Con el objetivo de analizar en nuestro país el recuerdo de formas de publicidad en televisión diferentes a los anuncios que se emiten en bloques publicitarios, se hizo un estudio de neuromarketing en el que se contó con una muestra de más de mil personas de targets diferentes sobre las que se estudió la memorabilidad de tres tipos diferentes de emisión: El anuncio tradicional, el spot hecho a medida por los mismos actores justo antes de la emisión de una serie de alta audiencia y la aparición del producto en un entorno natural dentro de la serie (branded content).

Para hacer el estudio se usaron cascos NIRS, pulsómetros, galvanómetros y eye tracking. Parece que las marcas se recuerdan mejor con el branded content natural. Cuando lo que el espectador ve es el producto usándose en una situación que podría ser real, por ejemplo un repartidor de una mensajería anunciante entregando un paquete dentro de la historia de la serie, o uno de los protagonistas bebiendo en un bar una cerveza de una determinada marca, la memorabilidad es muy superior en todos los segmentos de la muestra. Es, por tanto, la publicidad que mejor se recuerda por parte de jóvenes, mayores y de mediana edad.

El spot tradicional es el menos recordado para los jóvenes. Personas de mediana edad y mayores recuerdan mejor este tipo de anuncio que el spot a medida antes del programa. Sin embargo, no ocurre lo mismo con los jóvenes, quienes este tipo de publicidad es la que peor recuerdan con mucha diferencia respecto a adultos y mayores.

Lo que está claro es que dentro de los nuevos usos que debe tener la publicidad en televisión, que el cliente recuerde el producto o la marca no debe estar entre ellos, pues, como acabamos de ver, para este uso ya no es lo más efectivo. El hecho de que para nuestros jóvenes sea la forma menos recordada ya indica que dentro de poco tiempo cuando este público cope la mayor parte del mercado estas emisiones no servirán para recordar ni la marca ni el producto.

¿Está muerta la publicidad en televisión? Si cada vez hay más anunciantes, diría la industria. Sí, pero aquí cabría otro debate que es ¿medimos correctamente la efectividad de la publicidad en televisión? Que un anuncio se esté emitiendo y el telespectador tenga puesto ese canal, no indica que lo esté viendo. El resultado que arrojan estudios como este es que, precisamente, a pesar de que la televisión sigue encendida el foco de atención no está puesto sobre esa pantalla. Digamos que, no la hemos enterrado, pero si está viva no es porque tenga la misma vitalidad de siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario